EDUCACIÓN SEXISTA Y VIOLENCIA DE GÉNERO.
Independientemente de que en lo privado podamos recibir una educación igualitaria, en lo público vivimos bajo un sistema patriarcal que a través de diferentes mecanismos trata de educarnos en su perversa filosofía de supremacía del hombre y de subordinación de la mujer.
La violencia contra las mujeres es el método de control más brutal contra la mitad de la población. Pero también se ejercen otro tipo de métodos más sutiles para controlar a las mujeres y perpetuar los privilegios de los hombres.
Hasta hace pocos años, la mujer era relegada al ámbito de lo doméstico y se idealizaba su función como madre y esposa.
Hoy en día, la mujer ha conquistado el espacio de lo público; por ejemplo a través de su acceso masivo al ámbito laboral. Pero padecemos el fenómeno de la hipersexualizacion; es decir, un exceso de erotización instrumental y discriminatoria sobre el cuerpo de las mujeres y las niñas en detrimento de sus capacidades intelectuales, profesionales etc.
Hay unas exigencias extremas de belleza (delgadez, pechos etc) en la que se nos educa; y se nos da el mensaje de que una mujer vale solo mientras resulte deseable para el hombre.
Esta hipersexualización se ha investigado y se ha constatado que cuantas más imágenes misóginas de mujeres cosificadas se exhiban a través de los medios de comunicación, las redes o la pornografía, aumentan los niveles de violencia contra la mujer.
Así mismo, es importante que en la familia y en la escuela se eduque en un modelo de sexualidad igualitario, simétrico y sin jerarquías de poder, con hedonismo ético y reciprocidad, sin estereotipos de género sexistas y dotado de afectividad.
Afortunadamente, cada vez hay más disidencia y activismo contra ese discurso hegemónico patriarcal en el que se nos educa; y combatiéndolo es como estaremos más cerca de eliminar la mayor lacra social histórica y universal: la violencia y la discriminación por el hecho de ser mujer.
Puedes ver aquí el debate en la segunda parte del programa.