Tal día como hoy de 1973 murió Pearl S. Buck, autora de
Viento del este, viento del oeste.
Tienes más información aquí de la autora y de la obra.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Tengo la impresión de que nos torean más de la cuenta. También tengo la impresión de que unos toreros son gentes con intereses personales privados y otros son pobres gentes dotadas de mentes peculiares que creen que se van a salvar si le lamen el culo al jefe, al jefecillo, al que le grita un poco o a quien le da una propinilla. Torear es castigar al toro y engañarlo con unos trapos para obligarlo a que vaya por donde quiere el torero y no por donde quiere él. Quienes nos torean hoy no usan trapos, sino mentiras, bulos, sentencias raras, amenazas, errores voluntarios que parecen involuntarios, insistencias crueles, tergiversaciones burdas y repentinos cambios de opinión.
Hay muchos toros humanos actuales a quienes no les importa que los toreen. Dicen que se lo hacen a todos y cosas por el estilo. Otros no se enteran de que les están toreando, porque es posible que estén demasiado ocupados con sus propios toreos o porque estén en otros mundos. Lo más duro lo tienen los que se dan cuenta de que los están toreando, no quieren sentirse toreados y reaccionan. Se dan cuenta entonces de que la paciencia debe ser infinita, que la golfería está extendida y se muestra con un desparpajo insolente y que la moda es la insensibilidad y el dolor de cuello de tanto mirar para otro lado. Hay demasiados toreros. Incluso en los sitios más insospechados.
En MasticadoresFEM estamos creando un Vocabulario Feminista que ayude a cualquier persona a entender mejor el feminismo.
Hoy se publica la segunda entrega, la que habla de una interpretación machista del amor que conocemos como amor romántico.
Puedes leerla pulsando aquí.
Andrea Camilleri es un buen autor de novela negra. Vivió entre 1925 y 2019. Fue novelista, guionista y director de cine. Escribió novela policíaca y creó el personaje del comisario Montalbano, en homenaje al escritor español Manuel Vázquez Montalbán. En 2003 publicó El olor de la noche. En su primera página podemos leer esta interesante reflexión:
“Montalbano volvió a acostarse y se permitió el lujo de entonar una elegía a la desaparición de las estaciones intermedias. ¿Qué había sido de ellas? Puede que, arrastradas por el ritmo cada vez más rápido de la existencia humana, también se hubieran acomodado a la nueva situación. Habían entendido que ellas significaban una pausa y por eso habían decidido desaparecer, porque hoy en día no hay lugar para ninguna pausa en esta carrera delirante que se alimenta de infinitivos: nacer, comer, estudiar, follar, producir, zapear, comprar, vender, cagar y morir. Pero unos infinitivos que duran un nanosegundo, un visto y no visto. ¿Acaso hubo un tiempo en que existían otros verbos? Pensar, meditar, escuchar y ¿por qué no?, haraganear, dormitar, divagar... Casi con lágrimas en los ojos, Montalbano recordó las prendas de entretiempo...”
¿Cómo es posible confiar en quien al hablar expresa una seguridad absoluta?
¿Cómo es posible ser consciente de cómo es y cómo está nuestra sociedad y expresar tanta seguridad?
La seguridad absoluta y la mentira deben de estar muy cerca.