Todos somos mayores; cada día, mayores.
Estamos en una edad en la que ya es posible que vivamos conscientemente cada día como un milagro, como un regalo.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Todos somos mayores; cada día, mayores.
Estamos en una edad en la que ya es posible que vivamos conscientemente cada día como un milagro, como un regalo.
Cualquiera que esté un poco leído sabe que la inducción es un método de pensamiento que permite pasar de uno o unos casos particulares a una afirmación universal. Por ejemplo, de la contemplación de unos cuantos almendros en flor podríamos inferir que todos los almendros están en flor. Cuando se observan todos los casos particulares, se habla de inducción completa, y la afirmación inferida sería válida. Si no se observan todos los casos particulares, sino solo unos pocos, la inducción es incompleta, y lo que se infiere tiene una validez relativa, que depende del número de casos observados: poca validez, si son pocos los casos considerados, y mucha, en caso contrario.
Dejo al lector que aplique estas breves nociones a la afirmación realizada hoy en el Congreso de los Diputados por el señor Casado, referida a los antidemocráticos gritos de “¡okupa!” proferidos por unos pocos asistentes a los actos del 12 de octubre. Según este señor, el presidente del Gobierno pudo escuchar lo que piensa de él “la calle”. Lo que crea el señor Casado que es “la calle” y lo que ocurrió en realidad deben dejar en su justo valor tal afirmación. Y analizar bien estas cosas debe servir como mecanismo para defendernos de los cada vez más frecuentes intentos de manipulación.