Se puede estar y no ser. Hay veces que
nos movemos, pero no estamos vivos. Son esos momentos en los que las
palabras sólo son letras o sonidos, pero no forman mensaje. O esos
otros en los que los besos no transmiten el cariño, la mirada ni
pregunta ni dice, la sonrisa se ha enfriado y las manos sólo sirven
para transportar pesos. En esos momentos apagados, el paisaje está
callado, el arte se oculta, los cuerpos se convierten en carne y la
existencia se vuelve indiferente. Hay que salir urgentemente de ahí
como sea. Buenas noches.
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