Lo que está haciendo Montoro en la
Agencia Tributaria es una maniobra descarada, de esas de quitar a los
otros para poner a los míos. Hay quien la defiende diciendo que los
socialistas hicieron lo mismo y que por eso la Agencia estaba llena
de ellos. Una vez más aparece aquí esta funesta manía de hacernos
ver que todos son iguales, propia de suicidas inconscientes. No es lo
mismo que un inspector ponga una multa a una gran empresa de 450
millones, que venga luego un político de la derecha diciendo que eso
no puede ser y que, encima, organice una sustitución de todos los
que investigaban esas cosas. Ahora, con esta nueva gente del PP en la
Agencia, las grandes empresas podrán respirar ya tranquilas y hacer
sus maniobras sin que les molesten, porque los inspectores se
dedicarán a descubrir a los 'estafadores' y 'delincuentes' que les
interesan: tú y yo. Y, mientras tanto, siguen recortando, en lugar
de cazar a los verdaderos defraudadores. Fascismo económico. Buenas
tardes.
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