Miro el mundo y el panorama que observo
suele ser bastante desolador. Estamos en manos de la clase bruta en
casi todos los aspectos de la vida. No veo ningún detalle que me
haga ser optimista, sino más bien todo lo contrario. Afortunadamente
sí tengo a mi alrededor personas -y, seguramente, tú seas una de
ellas- con las que se puede hablar y vivir, y eso me da ganas de
seguir adelante. Y también siento algo que está en mí, que no sé
de dónde sale, pero que sale, y que es una cierta actitud de
superación, de esperanza, de ver que la vida a veces es soportable y
a veces es francamente ilusionante. Debe de haber en la mente un
recóndito almacén de positividad del que se puede echar mano,
afortunadamente. Buenas noches.
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