Es posible que me equivoque, pero, por
si acaso, voy a sacar una sillita cómoda a la puerta de casa y voy a
ver pasar la cabalgata del PP, con sus carrozas llenas de mentirosos
con los bolsillos llenos, su mente vacía de ética y su rastro
maloliente. Me alegraré de que pase y de que, al fin, se vayan del
pueblo, pero será una cabalgata triste, trágica, que hablará de un
extraño pueblo que le entrega su seguridad a los ladrones, que no
vota cuando tiene que votar ni hace lo que dice que hay que hacer
cuando no hay que votar. Un extraño pueblo que dice huir de lo menos
malo y se refugia en lo peor. Esperemos que sólo sea una cabalgata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.