Vivir es ir construyendo poco a poco
una montaña hecha de tiempo sobre la que se van sembrando actitudes
para que crezcan hechos.
Vivir no es arar una y otra vez un
campo llano.
La montaña de la vida se va formando
con pequeños granitos de arena. Cada día, por lo menos, un granito
de arena.
Buenos días.
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