miércoles, 17 de julio de 2013

Buenas noches. La ley vale poco




La ética está ausente y la ley vale cada vez menos. Salgo. Son las 5 de la tarde. Mucha gente estará durmiendo la siesta. En una esquina hay una terraza y en ella cuatro tipos contando sus historias a todo volumen. Me imagino a los pobres que estén intentando dormir la siesta por allí.

Un poco más allá veo un coche aparcado todo él encima de un paso de cebra. Diez metros más allá hay un sitio libre para aparcar. Tengo que cruzar la calle por donde puedo.

Doblo la esquina y cuatro niñatos vestidos de niñatos cruzan una avenida por un paso de peatones con el semáforo en rojo. El conductor de un coche que pasa por allí les pita y los niñatos se mofan del conductor.

Sigo andando por una acera relativamente estrecha y me adelanta un silencioso tipo en bicicleta circulando a toda velocidad. A continuación, un camión se salta un semáforo en rojo.

Todo esto ha sucedido en unos diez minutos. ¿Qué está pasando? Pues yo creo que la gente ve que muchos no cumplen la ley, que están corruptos, que todo vale y que cada uno hace lo que se le antoja y lo que más le conviene. Como, por otra parte, ni en casa ni en la escuela le hablan a los jóvenes de respeto, de que hay normas que cumplir, de que la ciudad es de todos ni de que no se puede ir por la vida haciendo siempre lo que a cada cual le pide el cuerpo, pues el resultado es un número cada vez mayor de seres de apariencia humana que, poco a poco, van convirtiendo la ciudad es una selva y la vida, en una estúpida aventura.

Pero tu sueño de hoy no puede ser una aventura, sino un relajamiento serio y un deseo de felicidad, de cariño y de buena vida para todas aquellas personas a las que quieres.

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