martes, 23 de julio de 2013

Buenos días. Admirable


Han liberado, afortunadamente, a las dos cooperantes españolas secuestradas en algún lugar de África. La labor que hacen estas personas es admirable. Dar el tiempo de la propia vida para ayudar a vivir a los demás es lo más noble y lo más honorable que puede hacer una persona. Tengo la impresión de que falta un reconocimiento expreso a tantas y tantas personas que por ahí y por aquí se dedican desinteresadamente a ocuparse de los demás. No hace falta irse a África para encontrarlos. Entre nosotros hay una multitud de ONGs llenas de personas generosas que quieren actuar como buenos seres humanos. Son personas admirables.

Me pregunto si cualquier persona, pertenezca a una ONG o no, tiene dentro de sí algo admirable. Desde un humilde mendigo a un estúpido ministro o ministra inhumanos, pasando por cualquier persona que podamos encontrar en la calle ¿tienen alguna cualidad que les permita ser incluidas dentro de la humanidad real? Mi respuesta es que, probablemente, sí, pero tengo la sensación de que cuando observamos a una persona, no buscamos en ella lo que pueda tener de admirable. Más bien, vamos con las armas de la crítica negativa afiladas para encontrar en ella lo peor que pueda ofrecernos, lo más deleznable que posea, lo que más la pueda alejar de nosotros.

Lo que quiero decir es que hasta el rico más codicioso o el ministro más estúpido de todos los actuales es posible que albergue alguna cualidad admirable. No creo que exista el mal absoluto. Y tampoco sé si esto que estoy diciendo tiene alguna relevancia social o personal. Buenos días.

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