El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
lunes, 14 de septiembre de 2009
domingo, 13 de septiembre de 2009
Todo permanece cambiando
sábado, 12 de septiembre de 2009
viernes, 11 de septiembre de 2009
La noche en blanco. Madrid 2009
jueves, 10 de septiembre de 2009
Malos tiempos para la moral
Berlusconi es un delincuente que intenta cambiar las leyes para que sus actos ya no sean delitos. Él y sus propios intereses están, al parecer, por encima de la ley.
Algunos políticos catalanes, ante una posible sentencia del Tribunal Constitucional contraria a la reforma de su Estatuto de autonomía, hablan de cambiar la Constitución para eliminar así la discrepancia.
Padre o madre que lees esto: no te extrañe que si algún día tu hijo roba algo, te eche en cara que lo que hay que hacer es cambiar la ley, porque él no está dispuesto a dejar de robar.
Hoy es muy fácil que cualquier majadero se dedique a gobernar la cosa pública defendiendo sólo lo que le interesa a él y olvidándose de que un gobernante, por encima de todo, debe procurar el bien general, no el suyo.
Corren malos tiempos para la moral.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Con la cabeza ¿perdida?
Me contaron que lo dijo un señor que, al parecer, había perdido la cabeza.
“A partir de ahora en esta casa ya no se va a comer más en el comedor. Vamos a comer todos en la cocina.”
- Pero ¿por qué, hombre?
“Porque ese tío que sale por la tele, el Rajoy ese, no para de decir cosas que yo no entiendo. Pero las dice como si me estuviera riñendo. Y yo no he hecho nada. A mí no tiene por qué decirme nada ese hombre. Y, además, se queda mirando fijamente para ver qué estamos haciendo. Y a él no le tiene que importar nada lo que yo coma o lo que deje de comer. De manera que ¡a comer, a la cocina!”.
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martes, 8 de septiembre de 2009
Orígenes
Estoy leyendo cosas de Jean Jacques Rousseau (1712 - 1778). En la segunda parte del Discurso sobre las artes y las ciencias, un texto publicado en 1750 y con el que ganó un concurso de ensayos, convocado por la Academia de Dijon, sobre el tema de si el progreso de las artes y las ciencias habían posibilitado el mejoramiento o la corrupción de la moral, puede leerse lo siguiente:
La astronomía nació de la superstición; la elocuencia, de la ambición, el odio, la falsedad y la adulación; la geometría, de la avaricia; la física, de una perversa curiosidad, y hasta la filosofía moral nace del orgullo humano. Así, las artes y las ciencias deben su nacimiento a nuestros vicios.
Más que para pensarlo, es para leer a Rousseau.
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