De cada rama de la ignorancia humana
nació en la antigüedad un dios. No sabían nada, por ejemplo, de
los truenos y se inventaron al dios del trueno, con el que intentaban
negociar para evitar que de vez en cuando le enviara recados
espeluznantes. Ignoraban las buenas técnicas agrícolas y fabricaron
a la diosa de la agricultura. Y así, con todo. Con tanta variedad de
dioses podrían casi pasar por postmodernos.
Pero que en pleno siglo XXI siga
habiendo tantos dioses hace pensar que algunos seres humanos no han
salido aún de la ignorancia inicial ni de la manera de resolverla.
Buenas noches.
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