La ilusión no se ve, pero sin ilusión
vivimos mal. La ilusión es una enorme soga invisible conectada a
nuestra mente, que tira de nosotros desde el infinito o, quizás, un
tenue hilo de seda, que somos incapaces de ver más allá de unos
pocos metros, pero que seguimos con cuidado, sospechando que nos va a
llevar a una vida mejor. Un día sin ilusión es un día malo, es un
tiempo sin ganas, soso y desgarbado. Las ilusiones están dentro de
nosotros, pero se despiertan cuando observamos el mundo con la mente
como la de un niño, con la mirada limpia y siendo conscientes de que
vivir no es simplemente estar, sino llegar a ser. Ojalá tengas
alguna ilusión, una meta para tu carrera, un motivo para tu acción.
Y ojalá, también, entre en tus planes ilusionar a alguien,
compartir con la gente cercana y querida eso que te mueve a ti a
vivir. Buenas noches.
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