Me siento decepcionado, desesperanzado, desasosegado, sin alicientes. No veo más que incomprensión, reproches, mala
voluntad, críticas al otro sin ver que uno hace lo mismo, cortes de
cabeza a quien sobresale, frenos a la libertad, un individualismo
atroz, una ausencia de hacer algo por el otro, una
falta de sonrisa vital tremenda. Así no vamos a ninguna parte. Así
yo no voy a ninguna parte. Espero que tú te sientas mejor.
Lope de Vega lo contó mucho antes que nosotros (ya que has puesto esa foto)en un larguísimo poema que empieza así:
ResponderEliminarPobre barquilla mía
entre peñascos rota,
sin velas, desvelada
y entre las olas, sola.
A veces nos ilusionamos en exceso, perdemos la pespectiva con la dura realidad, creemos exageradamenete, de optimistas pasamos a ilusos.
Tranquilo. Las cosas en las que creemos son así. Los cambios no son uniformes, ni son rápidos, son como el oleaje, hay avances y hay retocesos.
Si te lo cuento, es porque a mí me ocurre lo mismo, y a Lope le ocurría. Piensa que nos ocure a todos y esto debe servirte de consuelo. BAUTISTA
Gracias, Bautista. No todos los días está igual la mar ni la barca ni el marinero. Sólo hay que querer navegar y en esas estamos. Gracias. Un abrazo.
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