jueves, 21 de febrero de 2013

Buenos días. Desesperanza




Me siento decepcionado, desesperanzado, desasosegado, sin alicientes. No veo más que incomprensión, reproches, mala voluntad, críticas al otro sin ver que uno hace lo mismo, cortes de cabeza a quien sobresale, frenos a la libertad, un individualismo atroz, una ausencia de hacer algo por el otro, una falta de sonrisa vital tremenda. Así no vamos a ninguna parte. Así yo no voy a ninguna parte. Espero que tú te sientas mejor.

2 comentarios:

  1. Lope de Vega lo contó mucho antes que nosotros (ya que has puesto esa foto)en un larguísimo poema que empieza así:
    Pobre barquilla mía
    entre peñascos rota,
    sin velas, desvelada
    y entre las olas, sola.
    A veces nos ilusionamos en exceso, perdemos la pespectiva con la dura realidad, creemos exageradamenete, de optimistas pasamos a ilusos.
    Tranquilo. Las cosas en las que creemos son así. Los cambios no son uniformes, ni son rápidos, son como el oleaje, hay avances y hay retocesos.
    Si te lo cuento, es porque a mí me ocurre lo mismo, y a Lope le ocurría. Piensa que nos ocure a todos y esto debe servirte de consuelo. BAUTISTA

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  2. Gracias, Bautista. No todos los días está igual la mar ni la barca ni el marinero. Sólo hay que querer navegar y en esas estamos. Gracias. Un abrazo.

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