Cumplir la ley, en general, es bueno,
pero lo que te hace éticamente bueno es hacer algo porque crees que
es lo que debes hacer, porque eso es lo que cualquier
ser racional debería poder hacer. Si lo que yo quiero conseguir con
lo que hago lo puede querer conseguir cualquier otra persona, eso,
entonces, debo hacerlo. Por el contrario, si lo que yo quiero
conseguir, lo que me mueve a mí a hacer algo, no debe mover a nadie
más, entonces eso no es éticamente bueno.
Por ejemplo, lo que le mueve a Mariano
a la hora de conducir su coche es su máxima comodidad: hace lo que
sea con tal de que su conducción sea cómoda. Así, no pone los
intermitentes, va a gran velocidad y adelanta cuando le parece bien,
sea de manera prudente o no. Esto que hace Mariano es ilegal, porque
va en contra de los preceptos que marca la ley, en este caso, el
código de la circulación. Pero, además y sobre todo, es inmoral
porque lo que le mueve a actuar es la comodidad. ¿Sería un buen
criterio que todos los conductores manejaran sus vehículos buscando
por encima de todo la comodidad? Sería un desastre tremendo. Por
tanto, las acciones de Mariano son inmorales porque están llevadas a
cabo siguiendo un motivo que sólo le beneficia a él y no a todos.
¡Qué difícil es que esto se admita
hoy!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.