Hoy ha sido el Día de Andalucía. Un
accidente como otro cualquiera el haber nacido allí. Soy andaluz,
pero no me siento sólo andaluz. Soy español, pero no me siento sólo
español. Soy europeo, pero no me siento sólo europeo. No me siento
más que una especie de ciudadano del mundo, un intento de ser humano
entre seres humanos. Nunca me gustaron las murallas, las fronteras,
los localismos pequeños o grandes. Prefiero la riqueza de la
diversidad, la grandeza de las diferencias y el sabor dulce de la
igualdad de derechos de todos. A pesar de lo cual, me gusta celebrar
cualquier cosa, porque hay que procurar que la vida sea una fiesta.
Así que hoy me ha gustado recordar lo bonita que es Andalucía, pero
también el pedazo de casa que se va a hacer una amiga en Cataluña y
lo rica que está la cerveza alemana.
Ya sabes que esta noche, poco antes de
que caigas en los brazos de Morfeo, conviene que te acuerdes de
Andalucía o de lo que te dé la gana, pero que sea agradable y
placentero. Luego, nos mandas besos y abrazos y cariño a todos y te
sumerges en el cálido mundo de la paz. Buenas noches. Mañana
empieza el mes de la primavera. Alegría.
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