lunes, 25 de febrero de 2013

No hay que tolerar el fascismo







Creo que hay que pararse un poco y dejar bien claro un asunto. La tolerancia es un valor muy humano y muy importante, siempre que se mueva dentro de unos límites marcados por los Derechos Humanos y por la democracia. Fuera de estos límites, un ser humano debe ser inequívocamente intolerante con todo lo que encuentre. Deberíamos tener adquirida ya la costumbre de denunciar y de protestar contra todo individuo que ensalce posturas antidemocráticas, irrespetuosas o que no respeten los derechos de todos los ciudadanos.

Dicho esto, parece cada día más claro que el PP está lleno de individuos fascistas y antidemócratas que se creen con el derecho de expresar sus opiniones en público sin que nadie les exija que se callen. Últimamente ha sido un individuo llamado Salvador Victoria, que, inexplicablemente, ocupa un puesto en el poder y cuyo ejercicio se paga con el dinero de los ciudadanos, el que nos ha insultado sin que su actitud haya sido convenientemente censurada. Posiblemente este individuo se crea que el poder es suyo y que tiene bula para decir disparates y para faltarle al respeto a los ciudadanos. Ha tenido la osadía, la falta de sensibilidad humana, la desfachatez ciudadana y el desparpajo en mostrar su escasa formación y su nula preparación para desenvolverse en la ciudad, al equiparar la protesta ciudadana del 23 de febrero con el golpe de Estado ocurrido hace años un día similar.

Este tipo de manifestaciones, hechas por personajes con poder político, deberían herirnos profundamente porque son un atentado contra nuestra dignidad y contra la convivencia pacífica de los ciudadanos. No deberíamos tolerar que un insensato asilvestrado como este señor dijese esas barbaridades insultantes en público y no le cesaran o no dimitiera. Deberíamos acostumbrarnos a gritar contra este tipo de comportamientos y contra todos aquellos que los encubren y que no reaccionan defendiendo a los ciudadanos. O despertamos o va a llegar un momento en que va a ser tarde.

No queremos a gente como Salvador Victoria en el poder ni a encubridores como Mariano Rajoy y su banda. Deberíamos tener claro que no debemos pagarle el sueldo ni darle el voto a estos enemigos de los ciudadanos, so pena que seamos como ellos.

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