La grandeza de Santiago Carrillo se
muestra en que, aun después de muerto, es capaz de generar
reacciones de reconocimiento y de agradecimiento de todos los
sectores sociales.
Lo trágico de la sociedad española es
que todavía la ignorancia, la incultura y la insensibilidad hacen que
una parte de ella salga de la caverna, asome su rostro por los medios
de comunicación de siempre y, sin el menor rastro de racionalidad,
insulte y descalifique a una persona de la talla intelectual, ética
y política de Santiago Carrillo.
La democracia española está aún muy
débil y creo que hay más gente de lo que parece que quiere que siga
estando así.
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