Rajoy va y viene, o sea, que se queda
en el mismo sitio. Rajoy dice que sí y dice que no, o sea, que no
dice nada. Rajoy está, pero parece que no está, o sea, que como si
no estuviera. La gente, ante la sonora ausencia de un líder, de un
jefe, de un presidente de Gobierno, empieza a hablar cada vez más y
más alto. No sé si llegará un día en que, además de hablar,
empecemos a hacer. No quiero ni pensarlo.
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ResponderEliminarPues estaría bien que empezásemos a pensarlo y también a actuar. Por cierto, muy buen epíteto (a lo medieval) para definir al presidente (con minúscula).
ResponderEliminarUn beso