Si hay una aria extremadamente exquisita, es “Mi chiamano Mimi” de “La bohème” (1896) de GIACOMO PUCCINI. La ópera narra los amores de Mimi y Rodolfo en las buhardillas de “la bohemia” en París. Puccini había compartido habitación con Mascagni, siendo estudiantes en Milán. El espectador sabe, como Rodolfo, que Mimi, enferma de tuberculosis, está condenada a morir, lo que produce una tensión amorosa, muy propia del Romanticismo, del Post-romanticismo, hablando de Puccini. La interpretación de Monserrat Caballé es extraordinaria.