Está ocurriendo y me parece que cada
día lo estamos aceptando con más facilidad. Lo están haciendo
delante de ti y creo que quieren que tú también lo hagas. Me
explico.
Somos seres racionales. Como tales,
tanto en nuestros análisis de la realidad como en nuestros
comportamientos, debemos actuar racionalmente. Esto no quiere decir
que debamos hacerle caso solamente a una hipotética razón aislada
de la realidad concreta, que pudiera argumentar y explicar por sí
sola lo que ocurre o lo que deba ocurrir. Una razón así de 'pura'
no existe. La razón que proporciona argumentos va siempre acompañada
de sentimientos, de emociones, de deseos y de todas las
circunstancias en las que vivimos, que influyen, cada una a su
manera, en lo que razonamos. Si alguien intenta pensar sin tener en
cuenta ni el mundo concreto en el que vive ni su propia realidad
personal, no se enterará de nada y posiblemente actúe haciendo
fundamentalmente tonterías.
Hubo una época en la que los
sentimientos, las emociones y, en general, todo lo que no fuera la
pura razón estaban mal vistos. Se definía al ser humano como un ser
racional, pero esto se entendía como que era un ser exclusivamente
racional. Hoy, como si la historia se moviera siguiendo la
trayectoria oscilante del péndulo de un reloj, creo que hemos caído
en el extremo opuesto. Quiero decir que si hoy intentamos explicarnos
lo que ocurre en nuestra vida y en el mundo, tendemos a hacerlo
basándonos sobre todo en los sentimientos y en las emociones, no en
los argumentos racionales. Y cuando actuamos, lo hacemos dejándonos
llevar por lo que sentimos, por lo que nos apetece, por lo que se
hace o por lo que nos gusta más. La racionalidad, que nos podría
aportar un punto de vista importante para entender lo que ocurre o un
criterio más justo para actuar de determinada manera, ha caído en
desuso. Un desuso que está resultando ya muy peligroso.
Buenas noches.