Cuando nazca tu hijo o tu hija,
cómetelo a besos el primer día y todos los siguientes, pero, a
partir del segundo día, dile lo que debe hacer y explícaselo con
razones, intenta convencerlo con argumentos. Dialoga con él. Procura
que no conozca la violencia. Háblale de los valores importantes.
Sonríele. El primer día, déjalo descansar, pero el segundo día ya
debe empezar a oír lo que debe hacer y por qué. No te preocupes si
no lo entiende. Ya lo irá entendiendo. Lo importante es que tú te
acostumbres a tratarlo así y que él se vaya acostumbrando también
a un mundo razonable y humano.
Buenas noches.
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