De tanto dejar que los problemas se
pudran, se están pudriendo muchas mentes, muchas instituciones,
muchos valores y muchas ideas.
Nadie, salvo quien tenga la mente
podrida, intenta resolver los problemas dejándolos que se pudran.
Los microorganismos malsanos que genera la pudrición se van
introduciendo en las mentes de los más pasivos, de los más débiles,
de los más dóciles, de los más conformistas y se las van
pudriendo. Quizás por eso, cuando se sale a la calle, se ve la
televisión o se lee la mayoría de los periódicos, se va
percibiendo cada vez más un insoportable olor intelectual a podrido.
Buenas noches.
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