sábado, 13 de septiembre de 2014

Buenas noches. Lo feo



Leo en el número 8 de ICON un artículo de su director, Lucas Arraut, titulado Lo feo y lo nuevo, en el que dice: 

“El ideal burgués de belleza ha tocado techo, quizá sea el momento de rendirnos sin complejos a un desafío mucho más excitante y provocador como el que propone la fealdad”.

Creo que no se pueden definir de una manera definitiva ni lo bello ni lo feo, porque son conceptos que cambian con mucha mayor velocidad que la que creemos. Lo que era bello hace unos años, ahora es muy posible que no sea considerado así. A lo sumo, podemos decir que es bello lo que no es feo y viceversa. También nos suele gustar más lo bello que lo feo, por lo que lo primero nos resulta atractivo y lo segundo, en general, más bien repulsivo. No obstante, hay corrientes estéticas feístas.

Y, sin embargo, me parece que el papel de lo feo en la evolución de la realidad en busca de lo bello siempre ha sido importante. Lo bello siempre ha evolucionado a través de lo nuevo. Quizás por eso las grandes marcas de la moda se inspiran mucho en cómo visten los jóvenes, más creativos y más frescos que muchos de los diseñadores. La evolución de lo bello consiste en la integración de parte de lo que no se considera bello, por tanto, de lo feo. Si tienes la paciencia de observar ahora los elementos de la realidad que no te gustan y los recuerdas dentro de unos años, es muy probable que encuentres belleza en ellos.

Yo quiero estar abierto a todo. Sé que no todo lo nuevo tiene por qué ser bello, pero me asustan un poco algunas de las cosas que veo hoy.

Buenas noches.

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