sábado, 13 de septiembre de 2014

Buenas noches. Pobres



El contexto en el que estamos limita nuestra vida. Los límites de nuestro mundo los forman aquello que podemos conocer. No podemos crecer como seres humanos si no nos abrimos al conocimiento. Si yo me recluyo en mi habitación y cierro las ventanas, mi mundo será el pobre mundo de mi habitación. Si salgo de ella a la casa, mi mundo será el de la casa. Si abro mi mente a todo lo que existe, mi mundo será amplio y rico y seguramente más real que ese otro pequeño mundo en el que me siento seguro, pero empapado de falsedad.

Ya Unamuno recalcaba la importancia de leer y de viajar (“El fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando”), pero hoy quizás no sean esos solos los remedios para que nuestro mundo sea grande. Creo que es suficiente con mantenerse abierto, sin condenar de entrada lo que se ve, lo que se oye, lo que te aparece en las redes sociales, lo que se vive de cualquier manera que sea. La vida es demasiado grande y demasiado rica como para andar defendiendo como los mejores, como los únicos, el terruño, el paisaje o las ideas propias.

Me parece que la huida del riesgo y el afán de seguridad que tanto se practica hoy no producen más que estrechez mental. Es nuestro gran riesgo: ser unos pobres hombres pobres.


Buenas noches.

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