A veces los días tienen un cierto
parecido con ciertas canciones. Hay días que transcurren a ritmo de
tango, otros al compás de un vals, otros como si se tratara de esa
música repetitiva y odiosa que sale irrespetuosamente de las
ventanillas de algún coche, otros discurren como si fueran una
sinfonía. ¿Probamos hoy a ponerle música al día, a procurar que
se desarrolle con la música que queramos nosotros que tenga? Suerte.
Buenos días.
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