Hoy empiezan a examinar en Madrid, esa
ciudad cada vez más abandonada por los poderes, a los músicos
callejeros, para ver si dan la talla y pueden ponerse en las calles a
ganarse la vida con sus interpretaciones.
No sabía yo que las calles fueran a
convertirse en salas de audición, ni que la calidad de los músicos
callejeros fuera tan mala -ni mucho menos- como para tener que hacer
una criba de este cariz. Yo creo que, en su ignorancia y en su
nerviosismo, estos señores del Ayuntamiento del PP ven
'perroflautas' por todas partes.
Más bien me parece ver en esta
maniobra bruta, una vez más, una condena a quienes no tienen otro
medio de sacar unas monedas y que ahora tendrán que morirse ya de
una vez y no molestar más.
Como estos señores y señoras del PP
son expertos en materias educativas, supongo que sabrán que en
cualquier evaluación hay que comprobar si se han cumplido unos
objetivos y que eso hay que hacerlo ajustándose a unos criterios de
evaluación y de calificación. Supongo también que todo ello se
habrá hecho público y que esta maniobra de ahora no se dilucidará
a ojo de cualquier desocupado del PP especialista en la música de El
Fary o experto en chotis y en música de organillo.
¿Y cuándo vamos a examinar los
ciudadanos a la alcaldesa, la esposa de Aznar, para ver si da la
talla o no y si puede ponerse en las calles a gobernar o a hacer lo
que hace?
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