jueves, 7 de marzo de 2013

Buenos días. Soledad





Hay una soledad impuesta, que te viene de fuera y para la que a corto plazo no solemos encontrar remedio. Pero hay otra soledad elegida, fruto de una decisión vital, como si la senda existencial elegida necesitara, al menos de vez en cuando, un refugio con la mente lejos del ruido mundano.

Esta soledad elegida suele venir acompañada del silencio interior. Es como si en la mente creciera un espacio vacío en forma de patio interior coronado por una altísima cúpula en el que fueran apareciendo, no se sabe muy bien cómo, ideas construidas con la razón en colaboración con los más variados sentimientos y emociones.

Pero no sólo son ideas las que aparecen en esa soledad silente. También van apareciendo las personas. La vivacidad con la que aparecen en la soledad los otros es a veces proporcional a la emoción que sentimos por ellos.

La mejor manera de salir al mundo es después de pasar a menudo por uno de esos momento, ratos o días de soledad elegida.

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