miércoles, 13 de marzo de 2013

Buenos días. La puerta de la esperanza




Nuestra vida está íntimamente ligada a las circunstancias, a la situación en la que vivimos. Cuando esas circunstancias son favorables, es como si quisiéramos prolongar hasta el infinito esos momentos que vivimos para que nunca se volvieran atrás. Pero cuando las circunstancias se vuelven negativas, cuando la situación la vemos adversa y la sonrisa no aparece en nuestros labios, una de las primeras reacciones que solemos tener es la de quitarle toda posibilidad a la esperanza, centrarnos en nuestro presente desagradable y creer que la puerta de un futuro bueno y provechoso está cerrada sin remedio.

Sin embargo, no debemos olvidarnos de que la vida puede más que nosotros, que lo mismo te ofrece una sorpresa negativa que te presenta la mejor de las novedades imprevistas. Nunca podemos adivinar lo que la vida nos va a poner delante. No le cerremos, por tanto, la puerta al futuro. La esperanza debería ser nuestro desayuno cotidiano. Buenos días.

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