Creo que hay que tener cuidado con las
cortinas de humo (en este caso, nunca mejor dicho lo del humo).
Cuando nos ponen delante una cortina de humo, no vemos más que la
cortina, pero la vida sigue discurriendo como antes, sólo que no la
vemos. Una cosa es ser consciente de lo que pasa y sobrevivir
atendiendo a los aspectos más positivos de la vida y otra muy
distinta es desconectar de la realidad y refugiarse en el fútbol, en
la televisión, en el Papa o en cualquier otra cosa que nos secuestre
la mente y nos haga olvidar que existimos en un mundo real. A pesar
de todo, la vida merece la pena vivirse. Ánimo. Buenos días.
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