En realidad, da igual cuál sea el
origen de este “Día de los enamorados”. El caso es que la
mayoría de quienes lo celebran lo hacen gastando dinero en regalos,
cenas e historias, es decir, regalando, más que regalándose.
Como no es posible quitar de en medio
este día, inscrito profundamente en el santoral capitalista, te
propongo que lo aproveches preguntándote algunos asuntos e
intentando dar respuestas a estas y a otras cuestiones que te puedan
surgir.
Por ejemplo, ¿es lo mismo estar
enamorado que amar? ¿en qué consiste estar enamorado y en qué
consiste amar? Creo que es muy importante que investigues bien esto
último, el significado de amar. ¿Es un estado psicológico en el
que ves al otro o a la otra como un diosecillo -incluso como un dios?
En el amor, aparte de que la otra persona te guste y te sientas bien
con ella, ¿intervienen aspectos más racionales, menos afectivos,
más concretos y prácticos? En el amor hay una relación, pero esta
relación ¿es de igualdad real, concreta, y afecta a todos los
aspectos de la vida en común? ¿Hay cosas de hombres y cosas de
mujeres -si la relación es heterosexual- o hay reparto de funciones
con independencia del sexo? El amor ¿se acaba en la pareja? En la
raíz del amor ¿está que la persona amada te ayude a vivir, que
para eso te quiere, o está tu decisión de ayudar a vivir a la
persona amada? La persona amada ¿debe vivir como entienda ella que
debe vivir o debe hacer lo que tú quieras que haga, porque lo
consideras mejor para ella? La persona amada ¿pierde su libertad al
amarte? ¿pierde su autonomía, esto es, su poder para darse a sí
misma las normas para vivir que considere las mejores?
No sé si me habré pasado con el
número de preguntas, pero todo lo importante en la vida suele estar
lleno de preguntas. Me gustaría que pensaras, al menos sobre algunas
de ellas. Y si lo hicieras con la personas a la que amas, mejor.
Que pases un buen día. Hoy, como todos
los días, es el día del amor.