Yo
soy yo.
Cada uno es quien es, pero llevamos dentro un enorme agujero
de no ser, de nada, de error, de frustración vital, de no querer ser
así.
En el momento más inesperado, más improcedente y más
inoportuno, se hace real nuestra nada interior, la parte equivocada
de nuestro ser, y nos muestra como quienes no queremos ser, como ese
trozo vital que repudiamos, como lo que se contradice con nuestras
palabras y con nuestros deseos.
Ser es ser y no ser, querer ser y no
querer ser así.
Buenos días.
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