Hoy no es el Día de la mujer
trabajadora. Es el Día de la Mujer. Es el Día internacional de la
Mujer. Porque no es que se pida trabajo para las mujeres, que
también, sino que lo que se pide es el reconocimiento universal de
que sean consideradas, al igual que los hombres, como seres humanos,
como personas.
Lamentablemente, el mundo sigue estando
dominado por los hombres, organizado por los hombres y puesto al
servicio de los hombres. Mientras las mujeres no tengan en la vida
real los mismos derechos que los hombres, el mundo será injusto y la
idea de igualdad no será efectiva.
La derecha gobernante en nuestro país
ha hecho retroceder la situación que tenía la mujer durante el
último gobierno socialista y la brecha que separa su situación de
la de los hombres no hace más que crecer. Lo mismo ocurre en el
mundo. Es verdad que hacen falta medidas estructurales que favorezcan
la igualdad y que impidan las injusticias contra las mujeres por el
mero hecho de ser mujeres. Pero es también verdad que hay que
empezar desde abajo, en casa, educando a los hijos en la igualdad,
aclarándoles lo que eso significa en cuando a no discriminar a las
mujeres por ser mujeres, haciéndoles ver que los géneros sociales
masculino y femenino, que tanto se dan en la sociedad, deben
desaparecer, y, también, no llevando a los hijos y a las hijas a
colegios en los que los eduquen en la desigualdad, en la injusticia y
en la discriminación. La felicidad de ellos y, sobre todo, de ellas
depende en mucha medida de cómo los eduquemos.
Buenos días.