Las alegrías pasan una detrás de
otra, sin tiempo para entrar en contacto entre sí. Las penas, en
cambio, parece que se quedan a conocerse, a hacerse fuerte entre
ellas y a anidar allá donde se encuentren. Las alegrías vienen y
cumplen su función con sólo su llegada. Las penas, en cambio,
parece que nunca terminan de dejar su mensaje y nos exigen un
esfuerzo tremendo para intentar que se vayan. Quizás la clave esté
en hacerles mucho más caso a las alegrías que a las penas, justo al
revés de lo que solemos hacer. Porque las penas exigen tu atención
y, si no la tienen, se aburren y se marchitan. Y lo que peor les
sienta es que descanses. Te invito a que hoy no te fijes en las
penas, que te instales una sonrisa en los labios y que te eches a
vivir. Buenos días.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
martes, 14 de mayo de 2013
lunes, 13 de mayo de 2013
Buenas noches. Una guía magnífica
Ayer tuve la fortuna de asistir en el
Museo Thyssen a una visita guiada por una colección de cuadros que
contenían flores en sus motivos. Fue un rato agradabilísimo y muy
instructivo, sobre todo porque la guía estaba muy versada en el tema
y porque su manera de atendernos fue de las que te reconcilian con la
humanidad. Amable, cortés, sonriente, atenta, ofreciendo sus
explicaciones como si fuera lo más importante que tenía que hacer
en aquel rato, abierta a cualquier pregunta: un lujo. En realidad, el
comportamiento de esta guía debería ser considerado como normal por
cualquier ser humano que lo presenciara, pero las cosas están de tal
manera que lo normal va siendo cada vez más raro, más inhabitual.
Creo que debemos tener en continua
revisión nuestras actitudes, nuestros gestos, nuestra forma de
tratar a los demás. Lo humano, lo valioso no puede caer en la
mediocridad que encontramos con demasiada frecuencia.
Hasta el acto de dormir debe ser un
acto humano. No te olvides de recordar con cariño, con generosidad,
con disponibilidad a las personas a las que quieres antes de que tus
ojos digan adiós al día. Que la nube de cariño que formes hoy sea
especialmente generosa. Buenas noches.
Buenos días. El regalo
Fotografía tomada en el Museo Cerralbo, en Madrid.
La vida es un regalo de contenido
ambiguo. La observas y ves que es una mezcla de luz y de oscuridad,
de manjares agradables y de pesadillas insoportables, de esperanza y
de desolación. Suele venir envuelto, además, el regalo en papeles
de múltiples colores, desde el blanco purísimo hasta las mezclas
más desagradables de ver que te puedas imaginar. Es un regalo muchas
veces extraño, incomprensible, pero es un regalo. Yo estoy
convencido de que hay que acostumbrarse a verle las partes favorables
al regalo y a intentar neutralizar las desagradables. Sólo me falta
que ese convencimiento se convierta en práctica habitual. Disfruta
mucho de este día. Hoy sólo tienes este día para vivir. Buenos
días.
domingo, 12 de mayo de 2013
Buenas noches. Música
En los momentos en los que la vida
parece que se abre bajo tus pies, en donde pensamos que la soledad se
va a apoderar de uno, esos en los que a la lágrima se le ocurre
jugar a ser protagonista, hay que reaccionar y echar mano de algo que
nos quite la angustia de la mente. Si nadie es capaz de quitarte de
encima la pesada losa, acude a la música. Hay quien piensa que la
literatura puede tener más fuerza que la música para llegar a tu
ánimo y hay quienes creen que es al revés. Yo soy de estos últimos.
Sea cual sea tu opinión, no te olvides de vivir con música. La vida
se hace así más dulce.
Te puedes imaginar una suave y
relajante música que acompañe el paso de la vigilia al sueño.
Acuérdate también de nosotros y envíanos una sinfonía de cariño.
Buenas noches.
Buenos días. Sube la escalera
Ni un paso atrás. En medio de los
éxitos y de los fracasos, de los errores y de los aciertos, del sol
y de la lluvia, del amor y del desamor, de la suerte o de la
desgracia, hay que subir cada día un escalón. Siempre hacia arriba.
No sabemos hacia dónde nos llevará la escalera de la vida, pero
siempre hay que subir. No hay que pararse nunca ni mucho menos bajar.
Cada día un escalón. Hacia las alturas. Buenos días.
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