Después de un día viene otro y nos
miramos al espejo y parecemos que somos los mismos. Y, sin embargo,
ya lo dijo Heráclito: 'Todo cambia. Nada permanece.' Lo que ocurre
es que no lo solemos notar. Suelen ser pequeños cambios
inapreciables los que ocurren cada día. Pero puede que llegue un
momento, un día, que te levantas con un cambio brusco en ti, algo
imprevisto, impensado. Y, entonces, la vida te cambia durante una
temporada o para siempre. No podemos estar pensando en que estos
cambios van a ser inminentes, pero sí hay que contar con la
posibilidad de que ocurran. Esta, para mí, es una razón de peso
para sacarle todo el partido posible a cada día, para no dejar pasar
un día sin hacer todo lo posible por sentirme vivo, por crear un
mundo apetecible y humano. Piénsalo y vive. Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.