La vida es corta. Merece la pena
aprender a querer a las personas que forman nuestro mundo. Y si es
necesario, enseñar también a querer. Merece la pena aprender a ser
libres, a vivir las libertades, porque la libertad en abstracto no es
nada. Merece la pena intentar que todos y todas seamos iguales en las
situaciones concretas de la vida. Merece la pena que compartamos los
bienes y los males, porque no nacimos para vivir solos. Merece la
pena crear un mundo en el que haya alegría, paz, sonrisas, nobleza,
belleza, bondad y todas esas cosas que hacen la vida apetecible.
Merece la pena vivir intensamente, porque la vida es corta. Buenas
noches.
Merece la pena parar, mirarse, respirar y sentir. Merece la pena levantarse y luchar por aquello que se desea y hace de cada uno de nosotros un valor sin precio impuesto. Merece la pena erguirse y pisar educaciones remilgadas, sobrevolar éticas de doble moral y religiones que hacen de nosotros eunucos de voces ajenas. Merece la pena se individuos sólidos, valientes y dignos. Pero todo esto no servirá de nada si en este camino nuestras manos están vacías
ResponderEliminarde amor. Lucha y ama, esta es la verdadera revolución.
Lucha y ama. Lo acepto.Lo defiendo. Lo quiero hacer. Gracias, Anónimo, por tus ánimos.
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