Siempre que es posible, me gusta
saludar con un beso. O despedirme con un beso. O, aunque no venga a
cuento de nada, dar un beso. Puede que a ti no te gusten los besos y
lo comprendo, pero te estoy contando ahora lo que me pasa a mí. Un
beso es una forma de contacto de mis labios con tu piel, pero eso,
con ser importante, es lo de menos. Lo de más es el poder simbólico
y expresivo que tiene el beso. Con un beso te estoy diciendo que
estoy cerca de ti, todo lo cerca de ti que sea posible; que con el
beso voy yo, si es que quieres que yo vaya hacia ti; que quiero que
sientas que en la vida hay también cariño, además de todo lo que
ocurre cada día; que me alegro de que estés ahí y de que estemos
ahora los dos aquí, dándonos un beso; que la vida es muy corta para
que dejemos pasar cualquier oportunidad sin darnos un beso, sin
decirnos un beso, sin unirnos en un beso, sin vivirnos en un beso.
Buenas noches. Un beso.
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