viernes, 9 de mayo de 2014

Buenas noches. Felicidad





No existe la felicidad. La felicidad mía implica la felicidad de los demás, la de todos. Yo no puedo ser feliz si no son felices las personas que quiero, incluso las que no conozco. Mi felicidad sólo sería posible si existiera un mundo feliz en el que todos fuéramos felices, pero ese mundo no existe. La felicidad, como felicidad absoluta, no existe. Sólo cabe la posibilidad de una cierta felicidad relativa, una pequeña felicidad que hace que nos sintamos más o menos bien cuando las personas de nuestro mundo cercano están a gusto y son discretamente felices. En cuanto saltamos los límites de ese pequeño mundo y observamos lo que ocurre en la realidad, esa pequeña felicidad se debilita y se empobrece. Y si renunciamos a salir de nuestro propio entorno y decidimos no mirar lo que hay en el mundo, entonces la felicidad se hace imposible. Lo que aparece así es todo falso. Es absurdo buscar la felicidad individualmente, como si no existiera en el mundo nadie más que uno. Eso nos lleva, tarde o temprano, al mayor de los fracasos. El camino de la felicidad posible empieza cuando los otros son más importantes que uno mismo. Buenas noches.

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