Tal día como hoy de 1819 nació la reina Victoria I.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
viernes, 24 de mayo de 2013
jueves, 23 de mayo de 2013
Buenas noches. La belleza de las ideas
Hay veces que le prestas tu atención
más a lo que no se ve que a lo que se ve. Te preguntas entonces cómo
es posible que lo que no captas con los sentidos -las ideas- sea tan
importante para tu vida. La belleza que encierran a veces estas
construcciones mentales es estremecedora. Y la que encierran y puede
que muestren las sucesiones de ideas, los argumentos y los
razonamientos que demuestran algo pueden ser de una calidad sublime.
Imagínate que te enfrentas con un problema que te interesa resolver.
Si, después de pensarlo mucho, de ensayar diversas posibilidades,
encuentras el hilo argumental que resuelve el asunto encadenando una
serie de ideas, entonces podrás degustar la belleza de la que te
hablo. O cuando, después de leer una novela o de ver una película,
recuerdas el argumento y compruebas cómo encajan en él todas las
piezas que recuerdas. En el fondo, somos sensibles a la belleza de
las ideas porque somos seres racionales y sólo lo que encaja en
nuestra forma de ser es lo que valoramos.
Cuando cierras los ojos, lo que tienes
en tu mente son sólo ideas. Escoge entre ellas las más bellas que
recuerdes. Recréate en ellas. Disfrútalas. Y, acto seguido, reparte
todo el cariño que te salga del alma entre quienes quieras. La nube
de amor que fabricas cada noche es también una idea, una bella idea. Buenas noches.
Amor 158. Lo que no te gusta
Tienes que aprender a amar también lo
que no te gusta de la persona amada. De otra manera, pero amarlo
también.
Buenos días. No me debo quejar
Tiendo a quejarme. Yo, que vivo como un
dios, tiendo a quejarme. Y no me doy cuenta de que hay personas,
amigos y amigas y desconocidos, que viven mucho peor que yo, que
están callados, sin echar al aire un lamento, y que, encima, me
quieren. Te lo digo y me lo digo: no te mires tanto, mira al otro, a
la otra. Lo que te va a hacer feliz no es lo que te lamentes, sino lo
que hagas por los otros. Sé que no es eso lo que te pide el cuerpo,
pero atrévete a hacerlo y verás como te sientes más humano, más
humana, más feliz. Buenos días.
El calendario de Bautista. 23/ 5/ 2013. Margaret Fuller
miércoles, 22 de mayo de 2013
Buenas noches. La belleza de la Naturaleza
No es del todo fácil descubrir la
belleza de la Naturaleza. No siempre somos capaces de contemplarla.
La Naturaleza sabe jugar mucho con los pequeños detalles, con las
formas caprichosas, con los conjuntos demasiado grandes, con lo
efímero, con lo inesperado que exige una atención dispuesta para
captarlo. Pero cuando, porque se han puesto los medios o porque se ha
tenido suerte, logramos contemplarla, una sensación de plenitud y de
relajación inunda nuestra mente y aparece dentro de nosotros una de
las experiencias más gratificantes que podamos vivir. Una simple
hoja, un pétalo sencillo, una flor cualquiera encierran en sus
formas y en sus estructuras tal grado de perfección y de belleza que
es muy posible que el ánimo se nos sobrecoja y se nos quiten de en
medio las amenazas de negatividad que tanto daño nos hacen. Y si te
enfrentas con la experiencia casi mágica de contemplar un bosque,
unas montañas o un paisaje de grandes dimensiones, estoy seguro de
que algo superior a ti se te instalará en la mente. Ese algo es la
belleza.
No es mala decisión recordar alguna
visión de la Naturaleza que almacenemos en la mente antes de entrar
en el paraíso de los sueños. Y que sobre ese fondo de la
Naturaleza, situemos a todos nuestros seres queridos y los rociemos
con el agua viva del cariño. Buenas noches.
Ser tolerantes ¿siempre?
Me gustaría, por si sirve para
deshacer algún posible malentendido, intentar aclarar aquí qué es
lo que se entiende por tolerancia.
Ser tolerante consiste en permitir y
respetar las ideas, las creencias y los hechos de los demás, aunque
sean diferentes a los que uno mismo tiene. Es lo más alejado a
querer imponer a los demás la propia manera de entender la vida.
Quien pretende esto último se dice que es un intolerante.
La tolerancia es una virtud democrática
de mucho valor humano, pero tiene unos límites claros: no todo debe
ser tolerado. Si una persona defiende la conveniencia de matar a los
que piensan de otra manera o de tratar a las mujeres como seres inferiores, no se le
deben tolerar esas actuaciones. ¿Dónde está el límite de lo que se debe tolerar? En la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Dentro del marco en
donde se respeten los Derechos Humanos, todo debe ser tolerado, pero
ante todo aquello que viole tales derechos, hay que mostrar la más
firme intolerancia o, con denominación más actual, una tolerancia
cero.
Los Derechos Humanos marcan, pues, los
límites dentro de los cuales es posible una vida humana y éticamente
admisible. Hay, sin embargo, en nuestra sociedad una tendencia, cada
vez más fuerte, que reclama tolerancia para todo lo que favorezca
los intereses de los defensores de esa tendencia. Esa forma de pensar
es la que se denomina neoliberalismo, para el que no hay límites en
la actuación humana, ni en lo económico ni en lo social. Su lema es el ya sabido 'Todo vale', en nombre
del cual prácticamente cualquier actuación está permitida. Se
puede explotar salvajemente al obrero, se pueden suprimir derechos,
se puede molestar a los ciudadanos, se pueden hacer leyes que vayan
en contra de las personas o se pueden hacer guerras al margen de los
organismos internacionales.
Este 'Todo vale', este todo debe ser
tolerado cala también en los comportamientos habituales de las
personas, quienes, a fuerza de no recibir una educación que las
convierta en ciudadanos libres y responsables, van perdiendo la
noción de respeto, de la vida como el lugar en el que debemos caber
todos, de la conveniencia de no molestar. Frente al carácter social
de la vida, que se manifiesta desde los primeros hasta los últimos
momentos de la existencia, estas personas imponen un individualismo
egoísta, sin que importe nada que no sea el hacer en cada momento lo
que les apetece.
Si se observa la vida en cualquier
lugar de la ciudad, comprobaremos enseguida cómo hay seres humanos
que van haciendo ruidos innecesarios y molestos, que tratan a los
demás como si fueran basura, que ni se les ocurre pensar que en los
lugares públicos todos -no sólo ellos- tienen derecho a hacer lo
que quieran, pero sin interferir en la vida de los demás. Es un
estilo de vida salvaje, en donde vence el que grita más, el que más
tiene o el primero que llega, pero en donde lo humano brilla por su
ausencia. El uso de los espacios públicos -o sea, de todos- como si
fueran privados es un ejemplo cada vez más abundante de esta
mentalidad.
No hace mucho viajaba yo en tren y tuve
-tuvimos- que soportar durante todo el viaje a tres individuos que no
pararon de hablar a voces, como si el coche fuera el salón de su
propia casa. Nadie pudo dormir, ni leer ni estar a gusto porque estos
tres seres imponían su capricho a costa de los derechos de los
demás. Sólo pudimos estar tranquilos mientras estas tres personas,
incumpliendo lo que les decían por el altavoz y yendo en contra de
la propia lógica, se bajaban del tren en las cortísimas paradas
para fumar. El día anterior tuvimos que irnos de un bar, en donde se
había instalado un grupo de personas que gritaban como energúmenos
y que se reían haciendo tal ruido que era francamente molesto
permanecer allí.
Me llamaron intolerante por decir lo
anterior, pero creo que estos comportamientos maleducados, impropios
de un mundo humano, no deben ser tolerados. Nada de lo que sirva para
que en el mundo sólo quepan unos pocos debe ser tolerado. Todo lo
que escape del marco en donde se respeten a todas las personas debe
ser objeto de nuestra intolerancia.
Buenos días. Concentración
Seguramente un poco de concentración
nos vendría bien. Concentración para poder saber mejor lo que nos
pasa y en lo que estamos metidos. Concentración para poder decidir
sabiamente lo que debemos hacer. Concentración en el día en el que
estamos viviendo. Hay veces que la influencia del pasado o las
hipótesis que nos imaginamos sobre el futuro no nos dejan vivir
bien. Cada día termina en una noche en la que tenemos que sentirnos
satisfechos de lo que hemos vivido. Pongamos de nuestra parte lo
mejor que tengamos. Buenos días.
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