Vive en paz. Vive en paz de día para
que puedas estar en paz por la noche. Ni la paz ni la vida se miden
por los hechos, sino por las actitudes. Si con una sincera actitud de
hacer el bien, generas un mal, no te sientas culpable. No todo
depende de uno, pero por lo menos, la buena voluntad tiene que quedar
clara. Y la buena voluntad tiene que estar acompañada del respeto,
de la elegancia de no meterse en la libertad del otro, del intento de
que la otra persona esté bien después de estar contigo, de que tu
huella sea tal que la quisieran tener todos en sus vidas. Viviendo
así, es posible que llegues a la noche en situación de descansar
con una sonrisa en los labios, con el recuerdo en la mente de todo lo
agradable vivido y con el deseo de dar amor, cariño y también paz a
todas las personas a las que quieres. Es verdad que en el mundo manda
la economía, pero hay otro pequeño mundo, íntimo y cercano, sobre
el que tenemos algo más de poder, que podemos intentar modelar más
a nuestra manera. Que te llueva hoy un buen chaparrón de besos y de
paz en cuanto cierres los ojos. Buenas noches.