Tal día como hoy de 1928 nació Noam Chomsky.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
viernes, 7 de diciembre de 2012
Buenos días. Felicidad
Me parece que la felicidad se apoya en
la tranquilidad, en la ausencia de preocupaciones fuertes,
acuciantes. Es algo que ocurre a veces, durante un rato, posiblemente
en momentos de amnesia o de emociones positivas y fuertes. Son
momentos que hay que aprovechar para respirar hondo, para contemplar
la vida y para hacer lo que a uno le dé la gana antes de que vuelva
de nuevo la conciencia, de que la cruda realidad se te vuelva a poner
delante y de que las preocupaciones, con sus angustias, se adueñen
de nuevo de tu vida. Ojalá hoy tengas algunos de esos momentos. No
te olvides de que la música ayuda mucho.
jueves, 6 de diciembre de 2012
Lo que se ve. Gentes
Observo que hay buenas gentes -pocas,
pero buenas- que tienen el propósito de hacer las cosas bien.
Procuran ser eficaces, no hacer daño, ser constructivos y aportar
algo realmente valioso a la sociedad.
Pero observo también a otras gentes,
bastante inútiles, muy mareantes, pesadas como ellas solas, sin la
menor noción de la misericordia por el dolor de cabeza ajeno y sin
una muestra siquiera de sentido del ridículo, que lo único que
quieren es tener siempre razón. Pobre gente esta y pobres de
nosotros.
Y por en medio, un montón de gente que
no quiere nada de nada. Viven de vacaciones permanentes, yendo y
viniendo sin parar de la nada a la miseria.
Buenos días. Sintonía
Creo
que, por desgracia, cada vez es más frecuente que todos sintonicemos
fácilmente con las necesidades y las conveniencias de unos pocos.
Intentemos hoy abrir nuestras mentes sintonizando con las
necesidades de la mayoría. Y procura no huir de lo que encuentres.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
Lo que se ve. Amnistía fiscal
No entiendo bien la mecánica de la
llamada amnistía fiscal. Esta maniobra impresentable que ha puesto
en circulación este macabro Gobierno no tiene justificación
posible, desde el punto de vista ético, pero ya se sabe que a estos
pájaros eso les da igual: de ética no quieren saber nada ni quieren
que los demás sepamos nada tampoco.
Pero, en la práctica, no
entiendo cómo son capaces de cuantificar el dinero que debían haber
pagado los defraudadores. No acierto a ver cómo se puede saber esa
cifra sin conocer quiénes son los defraudadores.
Y si esto es así,
tampoco sé cómo es posible que no se lleve a cabo una acción de la
Agencia Tributaria contra ellos, lo cual evitaría mucho sufrimiento
entre los ciudadanos con menos dinero, que sí cumplen sus deberes
fiscales y que lo están pasando mal por culpa, entre otras cosas, de
los impagos de estos ricachones. Sería, por otra parte, un gran
ejemplo para la población, que vería que los inspectores de
Hacienda están ahí y que se vigila el cumplimiento de las leyes por
todos los ciudadanos, no sólo por los más débiles.
Me gustaría
que el Gobierno nos explicara (ya está aquí el deseo tonto del día)
cómo es posible llevar a cabo esta maniobra.
Buenos días. Frescura
Que el pescado esté fresco. Y la
carne. Los huevos, frescos, por supuesto, y las verduras y la fruta.
La frescura es lo que se le pide a todo lo que tiene que ser bueno y
que debe darnos lo mejor que lleve dentro. Lo que no está fresco
generalmente está ya inservible, defectuoso y cercano a su retirada
de la circulación.
Todo esto vale, al parecer, mientras no
nos refiramos a los hombres ni, mucho menos, a las mujeres. Un fresco
o una fresca son individuos deleznables, cercanos al mal y
rechazables desde todo punto de vista. Peor, como casi siempre, en el
caso de la mujer que en el del hombre. Y, sin embargo, la mayor
muestra de vida, de alegría y de esperanza la dan las personas que
desprenden frescura en lo que hacen, en lo que dicen y en lo que
piensan. Rechazar la frescura en las personas es situarse en la cima
de la sequedad vital, a dos pasos de la muerte anunciada, en las
cercanías de la inutilidad, en el ámbito de la rutina, en las
puertas de la nada.
Una vida que merezca la pena es siempre
un intento por conquistar cada día más frescura.
martes, 4 de diciembre de 2012
Lo que se ve. Ante la novedad
Si te fijas bien, las mentes viejas,
sea cual sea la edad que tengan, se alegran sólo cuando reconocen lo
que ya saben. Tienen la puerta cerrada a la evolución y se refugian
en las cuatro cosas que conocen y que consideran únicas y
absolutamente verdaderas. En cambio, una mente joven, sea cual sea la
edad que tenga, cuando se alegra es cuando conoce algo nuevo, algo
que no sabía. Eso le hace, avanzar, crecer, ser más. A aquéllos la
vida ya no tiene nada que decirles. Para éstos, la vida es un
continuo descubrimiento.
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