Tal día como hoy de 1912, hace, pues 100 años, nació el escritor rumano, afincado en París, Eugène Ionesco.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
lunes, 26 de noviembre de 2012
domingo, 25 de noviembre de 2012
Lo que se ve. El dinero y la conciencia
Hay dos grandes poderes en el mundo: el
dinero y la conciencia. La conciencia puede dominar el dinero, puede
comprarlo y venderlo e, incluso, prescindir de él. El dinero, en
cambio, no siempre puede dominar la conciencia, aunque muchas veces
lo consigue. Ciertamente, la lucha más eficaz contra el poder del
dinero, contra los estragos del dinero, contra las injusticias del
dinero, contra las desigualdades del dinero, contra la crueldad del
dinero sólo se da a través de la conciencia. Por eso es más
difícil tener conciencia que tener dinero.
No a la violencia de género, desde el primer día
La violencia de género es
aquélla que un hombre ejerce contra una mujer, pero basándose en la
supuesta superioridad de los hombres sobre las mujeres.
Se llama 'de género' porque hay
hombres -los machistas- que creen que en la sociedad hay dos tipos de
papeles, de funciones que ejercer. Un tipo es el que corresponde a
los hombres: el mando, la decisión, la fuerza, la libertad, las
labores que consideran importantes, etc. Todas ellas corresponden al
género masculino, el que deben practicar en la sociedad los
hombres. El otro, el género femenino, es el que se le
atribuye a las mujeres. Sus funciones propias, siempre según los
machistas, son la obediencia, la dulzura, la compresión, las labores
del hogar, el sacrificio, etc.
El machista piensa que el género
masculino es superior al femenino porque, en realidad, el hombre es
superior a la mujer y debe ejercer en la sociedad las funciones que
cree importantes. Cuando la mujer no encaja en este esquema machista,
no cumple las expectativas que se esperan de ella, no sirve al
hombre, se rebela o se sale de las funciones de su género, el
machista suele reaccionar violentamente obligándole a volver a su
papel o, en el peor de los casos, haciéndola desaparecer.
Aparte de la necesaria denuncia de
todos estos casos y de lo injustificable de estos comportamientos
selváticos, quiero insistir en un aspecto que me parece muy
importante para prevenir casos futuros: el de la educación.
Desde pequeños hay que inculcarle a
los niños y a las niñas el principio de igualdad: todos
somos diferentes (cada cual tiene su sexo, sus gustos, su color
de ojos y de piel, su estatura y su silueta), pero todos somos
iguales, todos tenemos los mismos derechos y todos debemos ser
respetados y tratados como personas.
Piensa, por ejemplo, en los colores con
los que se visten a los niños y a las niñas, en los juguetes que se
le regalan a unos y a otros, en las tareas que se le dan en casa, en
las diferencias de trato que reciben. Todas estas cosas colaboran a
crear los géneros, a que ellos crean que por ser hombres
deben/pueden hacer unas cosas y que, en cambio, las otras, por ser
mujeres, no pueden/deben hacer otras.
Educar en la igualdad es difícil, pero
absolutamente necesario si queremos huir de la epidemia de machismo
que invade la sociedad. Y esto empieza, como toda la educación, en
casa, sigue en la escuela (¡ay, dolor!, no sé cómo, con este Wert
y la banda de bárbaros que le rodea) y continúa a lo largo de toda
la vida.
De manera que 'No a la violencia de
género', pero desde el primer día.
sábado, 24 de noviembre de 2012
Mirando por la ventana. Embrutecimiento
Hay ciudadanos que se están
embruteciendo en gran número y a gran velocidad. Unos consiguen un
embrutecimiento activo, como si lograrlo fuera su meta e hicieran
todo lo posible por conseguirla cuanto antes. Otros adquieren un
embrutecimiento pasivo, consecuencia de no hacer nada por conquistar
su humanidad. Nadie los educa, nadie les dice lo que deben hacer ni
lo que no se puede hacer ni por qué. Siguen pautas instintivas, se
guían por los apetitos y son incapaces de pensar como los seres
humanos. Esto ocurre en todas las edades y en todos los estratos
sociales.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Mirando por la ventana. La selva
En la selva el animal más débil
sucumbe y muere antes que el fuerte. Pero en la ciudad, en donde no
hay animales, sino seres humanos, los más débiles deberían ser
protegidos y cuidados para que sus carencias no fueran un impedimento
para sus vidas. Esto es lo que normalmente se pretende que ocurra,
salvo cuando gobiernan los neoliberales. Entonces la ciudad se
convierte otra vez en una selva.
Los viernes también son días de protesta
Hace ya unos cuantos viernes fui a Madrid y me encontré con los funcionarios que protestaban junto al palacio en el que Gallardón "invirtió" el presupuesto del Ayuntamiento para varios años.
Las protestas siguen, pero parece que algunos se cansen ya de tanto protestar. Y, sin embargo, las circunstancias que nos ha tocado vivir lo que dicen es que hay que seguir protestando, que la injusticia, la estafa y la explotación inmisericorde se expanden, que nos están cambiando el modelo de sociedad delante de nuestras narices y que parece que no nos enteramos.
Te hago una llamada de atención. Hay que seguir protestando. No te olvides de que hay que seguir protestando.
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