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Hay días en los que la vida se oscurece y se enturbia y necesito entrar en contacto con algo de belleza. Me bastaría con una sonrisa, pero hay veces en las que hasta eso es difícil de encontrar. Vete tú a saber si es que le pasa también a los demás.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
miércoles, 8 de octubre de 2008
martes, 7 de octubre de 2008
¿Qué quieres decir cuando dices "te quiero"? / y 8
En el amor no importa el sacrificio, lo que importa es el otro. En el Negocio lo que importa es mi beneficio, no el del otro. Por eso amor y Negocio son conceptos tan contrarios y con tan poca posibilidad de coexistir.
Un ejemplo. Los dos que se quieren tienen hambre y en el plato hay dos tajadas, una grande y otra pequeña. ¿Cuál sería la actitud propia del que ama, quedarse con la tajada grande u ofrecérsela a la otra persona? ¿Y cuál sería la del negociante egoísta, tan frecuente? Ya sé que hay posturas intermedias más realistas, como hacer dos partes iguales, pero no estoy hablando aquí de actos, sino de actitudes, y espero que lo entiendas.
Y una última cosa. El amor, como todo, es muy complejo y abarca muchísimas dimensiones, por no decir todas. Tiene sexo, discusiones, economía, familia, contratiempos, etc. Pero yo creo que debe tener inexcusablemente ternura. Me refiero al goce profundo que debe representar acariciar la mejilla de la persona amada, o sentir que tu mano queda entrelazada por otra mano que te transmite cariño, o entender el cariño que se encuentra en una mirada.
¿Qué quiero decir cuando te digo que te quiero? Pues que el centro del mundo no soy yo, sino tú, que el sentido de la vida eres tú y no yo, que si algo merece la pena eres tú y que si la felicidad es una meta en la vida, está primero tu felicidad y luego la mía.
Un ejemplo. Los dos que se quieren tienen hambre y en el plato hay dos tajadas, una grande y otra pequeña. ¿Cuál sería la actitud propia del que ama, quedarse con la tajada grande u ofrecérsela a la otra persona? ¿Y cuál sería la del negociante egoísta, tan frecuente? Ya sé que hay posturas intermedias más realistas, como hacer dos partes iguales, pero no estoy hablando aquí de actos, sino de actitudes, y espero que lo entiendas.
Y una última cosa. El amor, como todo, es muy complejo y abarca muchísimas dimensiones, por no decir todas. Tiene sexo, discusiones, economía, familia, contratiempos, etc. Pero yo creo que debe tener inexcusablemente ternura. Me refiero al goce profundo que debe representar acariciar la mejilla de la persona amada, o sentir que tu mano queda entrelazada por otra mano que te transmite cariño, o entender el cariño que se encuentra en una mirada.
¿Qué quiero decir cuando te digo que te quiero? Pues que el centro del mundo no soy yo, sino tú, que el sentido de la vida eres tú y no yo, que si algo merece la pena eres tú y que si la felicidad es una meta en la vida, está primero tu felicidad y luego la mía.
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lunes, 6 de octubre de 2008
Paseando por la vida / 5
Como las dos anteriores fotografías, ésta está tomada también en la Plaza Mayor, de Madrid, en marzo de 2008. Lamento no recordar de qué país eran estos dos señores. Me parece que eran sudamericanos y lo que es seguro es que recaudaban fondos, seguramente para sobrevivir. Cada vez que alguien le depositaba una moneda, daban unos saltos espectaculares y sonaban los cencerros que llevaban colgando de la cintura.
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domingo, 5 de octubre de 2008
¿Qué quieres decir cuando dices "te quiero"? / 7
La actitud racional que contiene el amor se manifiesta también en lo que podríamos llamar generosidad a fondo perdido. Quizás sea lo más difícil y lo más duro del amor, pero es lo que está más en el centro del ‘te quiero’. Amar es procurar el bien de la persona amada, pero sin buscar nada a cambio de ese amor. Ni siquiera vale el buscar que ese amor sea correspondido por la otra persona. Es evidente que para que una relación amorosa funcione, la actitud de generosidad hacia el otro debe ser mutua y debe discurrir en ambos sentidos. Pero la clave está en la actitud con la que se ama. Yo te puedo querer (o, al menos, decírtelo) mucho a ti, pero para que, a cambio, me hagas la comida, me planches bien las camisas y me des placer en la cama. Y tú me puedes querer también mucho a mí para que a cambio recibas lo que a ti te interese. Aunque haya parejas que, aparentemente, funcionen bien así, me parece que eso no es amor, sino más bien un negocio y un intercambio de intereses más o menos satisfechos. No creo que así se pueda dar la alegría ni el crecimiento como persona ni las ganas de vivir. Yo creo que en una sociedad en donde todo está convertido en mercancía, esto hay que pensarlo y tenerlo muy presente. El amor lo entiendo como un te doy y punto, a fondo perdido. Y tú, si quieres, me das, pero también a fondo perdido.
sábado, 4 de octubre de 2008
Paseando por la vida / 4
viernes, 3 de octubre de 2008
¿Qué quieres decir cuando dices "te quiero"? / 6
Es posible que el precio que haya que pagar por ser autónomo y por querer hacer autónoma a la persona amada sea el de ceder un poco de independencia. Pero, si hay amor, esta cesión se hace con gusto y, en todo caso, lo que no tiene sentido es caer en una dependencia respecto del otro. Una cosa es estar unido a una persona y otra muy distinta es estar atado a ella.
El amor y el crecimiento como persona, el desarrollo humano, creo que van unidos. El hecho de amar hace reales en mí y en el mundo los valores más nobles. Y ese mismo amor hace que la otra persona se desarrolle y avance en su proyecto vital. Considero que es uno de los criterios para ver si una relación amorosa va por buen camino o no. El otro criterio es el de la alegría. El amor genera alegría en las personas que se quieren. La tristeza vital suele ser síntoma de la ausencia de amor. ¿no?
El amor y el crecimiento como persona, el desarrollo humano, creo que van unidos. El hecho de amar hace reales en mí y en el mundo los valores más nobles. Y ese mismo amor hace que la otra persona se desarrolle y avance en su proyecto vital. Considero que es uno de los criterios para ver si una relación amorosa va por buen camino o no. El otro criterio es el de la alegría. El amor genera alegría en las personas que se quieren. La tristeza vital suele ser síntoma de la ausencia de amor. ¿no?
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jueves, 2 de octubre de 2008
¿Qué quieres decir cuando dices "te quiero"? / 5
El 'Libre te quiero' de García Calvo, tan liberador, me da pie a comentar brevemente algunas otras características del amor que me parece que quedan encerradas en el 'te quiero'. Por ejemplo. Nadie te obliga a querer a nadie, ni puedes obligar a nadie a que te quiera. Al decidir tú querer a alguien y al hacerlo de la manera que tú quieres, no siguiendo ningún modelo estándar o de moda, te estás haciendo autónomo, te estás convirtiendo en el dueño de tu vida y de tus decisiones. Nada tiene que ver esto con el reproductor de modelos, viejos o nuevos, pero, en todo caso, exteriores a ti, que hacen que no seas tú el que vive tu vida.
Pero si esto fuera sólo así no sería amor. El amor apunta siempre a la persona amada y, en cuestiones de autonomía, de lo que se trata es, sobre todo, de procurar que la otra persona sea también autónoma, que sea ella la dueña de su vida y de sus decisiones.
A mi modo de ver, las tres primeras expresiones del verso hablan de la autonomía del otro, del crecimiento del otro como persona, crecimiento en el que yo participo desde el 'te quiero'. El 'ni tuya siquiera' se refiere, según lo veo yo, a una especie de limitación que tiene la autonomía del otro: el otro tiene que amar también, y las decisiones con las que se hace autónomo tienen que estar impregnadas también de amor, porque, si no, aparece el egoísmo, el no-amor, y el mundo que estábamos tratando de construir se viene abajo.
Pero si esto fuera sólo así no sería amor. El amor apunta siempre a la persona amada y, en cuestiones de autonomía, de lo que se trata es, sobre todo, de procurar que la otra persona sea también autónoma, que sea ella la dueña de su vida y de sus decisiones.
'Pero no mía, ni de Dios, ni de nadie ... ni tuya siquiera'.
A mi modo de ver, las tres primeras expresiones del verso hablan de la autonomía del otro, del crecimiento del otro como persona, crecimiento en el que yo participo desde el 'te quiero'. El 'ni tuya siquiera' se refiere, según lo veo yo, a una especie de limitación que tiene la autonomía del otro: el otro tiene que amar también, y las decisiones con las que se hace autónomo tienen que estar impregnadas también de amor, porque, si no, aparece el egoísmo, el no-amor, y el mundo que estábamos tratando de construir se viene abajo.
miércoles, 1 de octubre de 2008
Paseando por la vida / 3
Estamos dominados por el movimiento y, sobre todo, por la velocidad. Si nos falta la velocidad durante un minuto, nos aburrimos. Cinco minutos de quietud nos pueden matar. Por eso llaman la atención estas personas que están quietas mucho rato, disfrazadas de algo o simulando estatuas de barro. En cierto modo es una triste manera de ganarse la vida sin hacer nada.
martes, 30 de septiembre de 2008
Felicidad
"La vida, al fin y al cabo, es un arañazo en busca de la felicidad" dice hoy Juan Cruz en su blog, hablando de Celso Emilio Fereriro y de su libro Larga noche de piedra. (Como un detalle hacia mis amigos y amigas amantes del galego, me hubiese gustado poner el título en su lengua original, pero no sé qué poner después de Longa noite. Lo siento). Un bloguero asiduo adorna la entrada con un poema del citado libro.
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¿Qué quieres decir cuando dices "te quiero"? / 4
Antes de seguir, quiero poner aquí dos cosas relacionadas con Agustín García Calvo. A quien no lo conozca le diré que es un catedrático de Latín de la Universidad Complutense, ya jubilado (nació en Zamora en 1926), que fue represaliado por el franquismo separándolo de su cátedra, al igual que hizo con Enrique Tierno Galván, José Luis López-Aranguren y Santiago Moreno Díaz, porque apoyaron a los estudiantes que protestaban en 1965. Aranguren era entonces catedrático de Ética y fue célebre en aquellos tiempos la reacción del catedrático de Estética de la Universidad de Barcelona, José María Valverde, quien, con el argumento de que 'sin Ética no puede haber Estética', renunció voluntariamente a su cátedra y se exilió. Eran otros tiempos.
García Calvo, además de filólogo, es poeta y filósofo y, sobre todo, posee una personalidad muy acusada que se detecta en sus libros y también, aunque sea sólo una anécdota, en su forma de vestir. Observalo en esta fotografía cómo muestra su afición por quitarse el frío a base de camisas superpuestas, cosa habitual en él.
En relación con lo que nos ocupa, creo recordar haberle oído decir en alguna ocasión que él no empleaba nunca esa fórmula mágica del 'te quiero', porque decía que tenía un cierto poder adormecedor: el que la pronunciaba parece que ya podía descansar porque había manifestado su compromiso, y el que la escuchaba quedaba satisfecho porque sabía que contaba con el cariño de la persona amada. Y, luego, ya no pasaba nada. El amor hay que hacerlo --en el sentido de crearlo, de hacerlo real--, en lugar de decirlo. Y hay veces que las palabras sustituyen por sí mismas la realidad que debería aparecer en su lugar. Este es al menos el recuerdo que yo tengo y, desde luego, yo le reconozco la parte de razón que tiene, sin necesidad de llevar al límite el no pronunciamiento de las palabras en cuestión.
La obra escrita de García Calvo es enorme y se la publica él mismo, en la editorial Lucina. Hay una entrevista, interesante y algo larga, que le puede gustar a algún lector desocupado o que esté deseoso de leer una prosa cuidada y con un estilo muy personal.
No suele ser muy conocido el hecho de que la Comunidad de Madrid tiene un himno con letra y que el autor de la misma es precisamente García Calvo. Es también autor de un poema célebre y precioso, 'Libre te quiero', al que puso música Amancio Prada.
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García Calvo, además de filólogo, es poeta y filósofo y, sobre todo, posee una personalidad muy acusada que se detecta en sus libros y también, aunque sea sólo una anécdota, en su forma de vestir. Observalo en esta fotografía cómo muestra su afición por quitarse el frío a base de camisas superpuestas, cosa habitual en él.
En relación con lo que nos ocupa, creo recordar haberle oído decir en alguna ocasión que él no empleaba nunca esa fórmula mágica del 'te quiero', porque decía que tenía un cierto poder adormecedor: el que la pronunciaba parece que ya podía descansar porque había manifestado su compromiso, y el que la escuchaba quedaba satisfecho porque sabía que contaba con el cariño de la persona amada. Y, luego, ya no pasaba nada. El amor hay que hacerlo --en el sentido de crearlo, de hacerlo real--, en lugar de decirlo. Y hay veces que las palabras sustituyen por sí mismas la realidad que debería aparecer en su lugar. Este es al menos el recuerdo que yo tengo y, desde luego, yo le reconozco la parte de razón que tiene, sin necesidad de llevar al límite el no pronunciamiento de las palabras en cuestión.
La obra escrita de García Calvo es enorme y se la publica él mismo, en la editorial Lucina. Hay una entrevista, interesante y algo larga, que le puede gustar a algún lector desocupado o que esté deseoso de leer una prosa cuidada y con un estilo muy personal.
No suele ser muy conocido el hecho de que la Comunidad de Madrid tiene un himno con letra y que el autor de la misma es precisamente García Calvo. Es también autor de un poema célebre y precioso, 'Libre te quiero', al que puso música Amancio Prada.
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