De niña sentí un no sé qué que jamás supe explicar entonces. Viví algo extraño en casa, pero yo no sabía lo que era, solo sé que lo sentía. Vi a mi madre llorar por las esquinas, pero me escapé a jugar en cuanto pude. Más tarde, me escapé también de casa para vivir mi propia vida y huir de la tristeza y encontrar calor...
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