El individualismo generalizado, el egoísmo normalizado, el vale todo retransmitido por medios y redes, el uso del tiempo que haga falta para obtener dinero, la codicia sin límites, el deseo de engañar a cualquiera y el ego por encima de todo han hecho que desaparezca la sociabilidad. Un yo que no para de divertirse para huir de su sensación de soledad está emergiendo de la nada. Un yo vacío corre hacia ninguna parte en busca de dinero sobre un campo plagado de valores destrozados. El otro ha muerto.
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