lunes, 21 de diciembre de 2015

Gracias. Muchas gracias



Hay personas que con su sabiduría y con su generosidad son capaces de ayudarte a entender la vida y a vivirla mejor. Te dan tranquilidad y sosiego. Te dan aquello de lo que tú careces. Suelen hacerlo con naturalidad, sin pedir nada a cambio, con cariño, procurando tu bien, como si todo fuera una expresión más de normalidad.

En mi caso son personas a las que quiero. Querer a una persona es ayudarle a que consiga lo que ella pretende en la vida, lo que necesita, lo que desea, lo que ella aspira a ser. A estas personas, amigos y amigas, que me quieren yo les digo que les quiero, pero también quiero darle las gracias con mucha fuerza.

Una gracia es un regalo, un don, algo que alguien nos da porque lo hemos pedido o porque ve que lo necesitamos. Que te ayuden a vivir es un regalo enorme, una gracia infinita. Darle a alguien las gracias no es más que reconocer que lo que hace contigo, sea servirte un café o transmitirte tranquilidad, es, en el fondo, un regalo, como es un regalo vivir o que alguien te quiera. Darle a alguien las gracias es desear que la vida le premie también con la felicidad que te da con su regalo.

Vivir la vida como un permanente regalo, como una gracia constante, y dar las gracias por cualquier cosa, pequeña o grande, que recibimos me parece que es lo más propio de un estilo humano.


Gracias. Muchas gracias.

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