Creo que hay que estar con el pueblo para saber
cómo está el pueblo. Acabo de venir de ver un partido de fútbol en
un bar, un bar de pueblo en la ciudad, un bar barato, lleno de gente
nada exquisita, lleno de gente normal. Estaba deseando de que acabara
el partido. Una mujer guapa y muy atractiva ha estado gritando todo
el partido. Llamaba 'puto maricón' a todo el jugador que le parecía,
fuera de uno u otro equipo. Posiblemente nunca haya pensado que
llamar 'maricón' a alguien no puede ser un insulto, pero ella
seguramente no ha llegado a eso. Los hombres que le acompañaban le
reían sus dichos como si se tratara de la más genial de las
ocurrencias. Luego se dedicó a darle golpes en la cabeza a uno al
que llamaba 'cuñado' y a quien no dejaba ver el partido. Otro se me
ponía delante con mucha naturalidad y no me dejaba ver el partido.
Otro gritaba como un energúmeno cuando le parecía, sin pararse a
pensar en si molestaba o no. No sé qué tipo de sociedad quiere esta
gente. No sé qué es lo que defienden o qué es lo que no les gusta.
No sé cuáles son sus criterios para vivir en sociedad. Sólo sé
que me he sentido solo en medio de tanta brutalidad. La clase bruta
se adueñó del bar en poco tiempo. Al resto de ciudadanos le daba
igual todo aquello. Qué buena foto del desastre.
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