No tiene por qué gustarte todo. Sobre
todo, no tiene por qué gustarte lo que consideras que está mal
pensado, mal hecho, mal en algún sentido. No te calles. Dilo y dilo
con tus argumentos. Te aseguro que te dirán que no, pero fíjate
bien en tus argumentos y, si ves que son más fuertes que los de los
otros, mantén tu opinión. Si no se critica lo que hay, jamás
avanzaremos.
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