Somos lo que comemos, le
recordaba hace poco a una amiga. Creo que es verdad, pero también me
parece acertado que somos como comemos, porque podemos ser más
o menos rápidos comiendo y viviendo, más o menos variados, más o
menos cuidadosos, más o menos generosos, más o menos curiosos.
Habría que analizar con cuidado el fenómeno de nuestra comida,
porque nos conoceríamos mejor.
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