A veces la vida se nos oculta debajo de
la rutina, de la costumbre, del cansancio, de un problema o, incluso,
de un éxito. Y, sin embargo, estamos vivos y deberíamos ser muy
conscientes de ello. Es lo más importante que tenemos: una vida
siempre por hacer, un tiempo que hay que emplear en construirnos como
seres humanos, un mundo que tenemos que humanizar. Y esto hay que
hacerlo de manera agradable, placentera, sintiendo la alegría de
sentirse vivo, haciendo lo que hace un ser vivo. Siempre hay que
seguir aprendiendo a vivir la vida.
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